Washington -- En su discurso del 25 de septiembre ante la 62ª Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Bush pidió renovar esfuerzos para aplicar la Declaración Universal de los Derechos Humanos y citó la situación en Birmania donde el gobierno restringe gravemente las libertades básicas de expresión, asamblea y culto y persigue a muchos de sus ciudadanos.
Bush dijo que cada miembro de las Naciones Unidas debe ser parte de lo que llamó "la misión de la liberación" para "liberar a la gente de la tiranía y la violencia, el hambre y la enfermedad, el analfabetismo e ignorancia y la pobreza y desesperación". (Ver artículo relacionado).
En los días transcurridos desde que presidente pronunció su discurso, el gobierno militar de Birmania ha iniciado una campaña violenta contra el movimiento más grande pro democrático que ese país haya visto en casi 20 años, y los informes de prensa indican que los soldados disparan, golpean y detienen a los manifestantes pacíficos y cortan el teléfono y el acceso a Internet.
Bush mencionó el primer artículo de la declaración que dice "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y agregó que "cada nación civilizada … tiene la responsabilidad de apoyar a la gente que sufre bajo la dictadura".
Si bien los estadounidenses tradicionalmente han usado documentos de su propia historia, como la Declaración de la Independencia de 1776 y la Carta de Derechos de 1791 para responsabilizar a su gobierno de salvaguardar sus derechos, la declaración universal es un documento que todos los pueblos pueden citar cuando sus países no respetan las normas de derechos humanos. (Ver artículo relacionado).
El documento indica en su preámbulo que la protección legal de los derechos humanos es esencial para que "que el hombre no se vea compelido a usar el supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión". Proclama también que la declaración debe ser "el ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse".
A diferencia de los Convenios Internacionales sobre los Derechos Civiles y Políticos y los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1976, la Declaración Universal no es un tratado y por lo tanto no conlleva compromiso legal para los países miembros de la ONU. No obstante, como afirma el experto australiano en derechos humanos Peter Bailey, ha llegado a ser un conjunto de normas internacionalmente aceptado.
"Cuándo países tales como Birmania, Argentina, China y la ex Yugoslavia se sienten obligados a defenderse cuando son acusados de no cumplir con la Declaración, entonces puede decirse que hemos logrado un nivel política y moral importante”, dijo Bailey en un artículo publicado en el sitio universalrights.net en Internet.
Cada10 de diciembre, la fecha de la aprobación en 1948 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se reconoce como el Día de los derechos humanos, y lo celebran la comunidad internacional, grupos de la sociedad civil y disidentes de todo el mundo.
Al observar en secreto el Día de los Derechos Humanos en 2006 , el grupo birmano de Defensores de los Derechos Humanos publicó una declaración a sus partidarios internacionales que decía que "esperaba lo mejor y se preparaba para lo peor".
"Nos atrevemos a encarar todo por los derechos humanos. Así que necesitamos el reconocimiento de la comunidad internacional, especialmente de las Naciones Unidas”, indicó el grupo.
El pedido de apoyo exterior por la oposición birmana en su lucha no es nuevo. En un discurso que pronunció en 1997 y que de contrabando fue sacado del país, la laureada del Premio Nóbel y líder del Partido de la Liga Nacional por la Democracia Aung San Suu Kyi pidió a quienes viven en sociedades libres y disfrutan de todos los derechos políticos " que por favor usen su libertad para promover la nuestra”, al indicar que "la necesidad humana, profundamente arraigada, de una existencia con significado" la entienden "los pueblos que piensan y sienten en todas partes".
La administración Bush, a la vez que expresó su apoyo a los activistas birmanos en pro de la democracia e instó a los países que tienen vínculos con la junta a que urjan al gobierno que no utilice la violencia, el 27 de septiembre impuso sanciones más estrictas contra el gobierno militar.
Las sanciones congelaron los activos en Estados Unidos de 14 altos funcionarios birmanos y prohíbe que las empresas estadounidenses efectúen negocios con ellos.
El presidente ha dejado bien sentado que no seremos espectadores pasivos mientras el régimen trata de callar las voces del pueblo birmano con la represión y la intimidación”, dijo en una declaración, Adán Szubin, director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento de Hacienda .
El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http//usinfo.state.gov/esp)
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